Los postres peruanos son una delicia que refleja la rica tradición culinaria y la diversidad cultural de Perú. Con influencias indígenas, coloniales y de inmigrantes, estos dulces deleitan con sus sabores únicos y variados. Entre los postres más populares se encuentran el suspiro limeño, la mazamorra morada y los picarones, cada uno con una combinación especial de ingredientes locales y técnicas ancestrales. Los mercados y restaurantes peruanos ofrecen una selección de deliciosos dulces que permiten a los turistas disfrutar de la cultura y las tradiciones del país a través de sus sabores. Degustar postres peruanos es una experiencia imperdible en cualquier viaje a este encantador país.
El Perú es cuna de grandes potajes y los postres no son la excepción. Este especial vínculo se originó en el siglo XVI con la llegada al continente americano de los conquistadores españoles, quienes trajeron consigo insumos como la caña de azúcar y el trigo, así como también el ganado vacuno y el caprino. Esto significó un gran descubrimiento para los antiguos pobladores incas, quienes apenas percibían el sabor dulce con frutas como la lúcuma y la chirimoya.
Es así como surgieron novedosos productos como el azúcar, la harina y la leche, que sirvieron para la preparación de innumerables y exquisitos postres, lo que permitió el nacimiento de la repostería peruana, tan única como apreciada.
Y es que no hay peruano o extranjero que se resista ante la tentación de saborear una Mazamorra morada, un Suspiro a la limeña, unos Picarones o un Arroz con leche. Ya sea para culminar a lo grande un almuerzo o para satisfacer un antojo durante la tarde. Cualquier momento es ideal para ser feliz junto con uno de los tantos dulces que la gastronomía del Perú te puede ofrecer.
Con el arribo de los europeos al continente americano, llegó también un insumo indispensable para los actuales postres peruanos, el azúcar. Procedente del Viejo Mundo, pronto empezó a combinarse con los productos autóctonos para sentar las bases de la riquísima y variada repostería que disfrutamos hoy en día. La cultura dulcera peruana comenzó entonces su definitivo proceso de consolidación. Con la altísima producción de azúcar en territorio peruano y la perfecta conjugación de productos autóctonos y extranjeros, se dio inicio al auge de la repostería peruana.
En este periodo fue fundamental el papel de los conventos, recintos en los que nuestros postres se robusteció gracias a la dedicación y entrega casi mística de las monjas. Ellas eran las encargadas de idear y preparar con sus hábiles mano varios de los manjares que hasta la actualidad nos sorprenden y cautivan.
En aquella época, las monjas españolas trajeron a nuestro país los conocimientos de las grandes cocineras moras, y fueron las novicias criollas junto a las sirvientas indias, esclavas negras y mujeres a quienes se les permitía ingresar a los conventos quienes aprendieron las técnicas. Era usual en aquellos años, que las mujeres ingresarán al convento para ser monjas y otras lo visitarán regularmente para aprender a bordar, cocinar, pintar y «aprender a ser buenas esposas».
De acuerdo a una publicación de Hipólito Unanue (1755-1833) para el año 1797 había en Lima 14 conventos, 3 en Cusco y Arequipa, 2 en Huamanga y Trujillo y uno en Cajamarca. Y es de estos lugares donde salían los postres y dulces de la época directo a las casas de las familias adineradas.
Fue cuestión de tiempo y la venta de estos productos se volvió el principal ingreso económico de algunos conventos como es el caso de Arequipa. Es recién durante las primeras décadas del siglo xx que aparecen las primeras dulcerías y pastelerías privadas que pusieron fin al éxito de los conventos. Hoy en día son muy pocos los que venden sus postres y dulces.
El origen de este dulce se remonta a inicios del siglo XIX, aunque antiguamente ya se ensayaban recetas similares con la mayoría de sus ingredientes traídos desde España durante la época colonial. Su singular y especial nombre nace gracias al escritor peruano José Gálvez Barrenechea quien, al descubrir su sabor, lo describió como un «suave y dulce suspiro de una mujer». Frase que simboliza a la perfección el efecto que se produce al probarlo.
Este postre es tradicional en Lima, sin embargo, es posible que lo hagan en muchos hogares alrededor del país. Se trata de un manjar muy delicioso que tiene como ingredientes principales los huevos, leche y azúcar.
Tan tradicional como exquisito, el Suspiro llama la atención no solo por su particular nombre, sino también por su presentación. Servido en pequeñas copitas, uno puede imaginarse la magnitud de su sabor al contemplar la mezcla de capas entre el manjar blanco y el merengue a base de almíbar. Una explosión en el paladar.
Los picarones son deliciosas roscas dulces que nacieron como combinación de la cultura Española y Peruana. Entre sus ingredientes se encuentran la harina de trigo, zapallo y camote. Son excelentes para compartir en las meriendas.
Los picarones son una delicia popular de los vendedores ambulantes en Perú. Se asemeja a una rosquilla dulce, pegajosa y chorreante de miel. La masa se prepara con harina de batata y se echa en una freidora durante unos 2 minutos hasta que esté dorada y crujiente. Se cubren con miel mezclada con canela, esencia de naranja y otras especias.
Los picarones son el capricho perfecto mientras exploras Lima o Cusco en una tarde fresca, pero también son deliciosos después de una abundante cena peruana.
Es, sin duda, el dulce más emblemático y tradicional del Perú, muy popular especialmente en la ciudad de Lima. Esta tradición está muy vinculada a la conmemoración de la procesión del Señor de los Milagros celebración religiosa que se lleva a cabo todos los años durante el mes de octubre y en la que se realizan masivas procesiones con la imagen del Cristo Moreno.
Su preparación data de la época prehispánica. Los antiguos peruanos preparaban una variación de mazamorra con el uso del maíz amarillo llamado ishkupcha, a la que se agregaba cal viva. Con la llegada de la cultura -influenciada por la cocina árabe, nuevos ingredientes como el clavo de olor, canela, membrillo, limón y azúcar fueron incluidos para dar con el gran postre como se le conoce actualmente.
Este popular postre de los carritos callejeros se elabora con una base de agua, maíz morado, limón, manzanas, piña, ciruelas, pasas, albaricoques y cerezas, aunque la combinación exacta puede variar según lo que se tenga a mano. Luego se espesa con harina de boniato y se espolvorea con canela. No hay nada que se le parezca, y es súper delicioso.
Esta es probablemente la galleta más popular de América Latina, elaborada de forma diferente en distintas partes del continente. En Perú, los alfajores están en los mercados, las tiendas de comestibles, las panaderías e incluso los carritos callejeros.
Para hacerlos, pega dos redondeles de galleta blanda con manjar blanco y espolvorea azúcar en polvo por encima. El manjar blanco es esencialmente un dulce de leche peruano. Las rondas de galletas están hechas con harina de maíz, lo que las hace muy delicadas y desmenuzables, con una consistencia similar a la de las galletas de suero de leche. Los alfajores son secos, pero dulces, y van muy bien con una taza de café o chocolate caliente.
Este es uno de los postres peruanos que se prepara más popularmente durante el mes de octubre para las celebraciones del Señor de los Milagros, pero en realidad puedes comprarlo todo el año en las tiendas de comestibles.
Para hacer el turrón de dona pepa, se ponen capas de galletas con anís y se pegan con chancaca, un jarabe muy espeso y dulce hecho con azúcar de caña. Luego, la delicia de galletas pegadas se cubre con caramelos que se asemejan a las chispas.
Dice la tradición que una mujer llamada Josefa Marmanillo cayó enferma y casi no podía caminar ni trabajar. Agobiada pero con mucha fe, le pidió al Señor de los Milagros que la sanara, prometiendo que haría un dulce en su nombre. Una noche se curó y Josefa recibió en sueños la receta de este turrón. Cuando amaneció y pudo levantarse, completamente sana, hizo el dulce y lo comenzó a vender en medio de la procesión, quedando para siempre identificado con este mes del año. Hasta hace no mucho, el turrón de Doña Pepa solo se encontraba en octubre, pero ahora hay panaderías y tiendas que lo venden por kilo durante todo el año. También los turroneros, como se llama a los que preparan este manjar, lo hacen y venden durante todo el año. La preparación es bastante laboriosa y hay muchas variedades, algunos muy suaves, que se deshacen en la boca, mientras que otros son más secos.
El arroz con leche peruano es uno de los postres más tradicionales de la gastronomía peruana. Se caracteriza por estar elaborado a base de leche condensada y leche evaporada, en lugar de leche común. Así, es una variante del popular arroz con leche, hecho con leche y azúcar, que se prepara en todo el mundo.
Este postre peruano queda muy cremoso debido a la leche condensada y ligeramente aromático por el toque cítrico que, mezclado con el intenso sabor de la canela, se convierte en todo un placer para el paladar.
La gastronomía peruana cuenta con una gran variedad de postres y muchos de ellos provienen de una fusión y mestizaje desde los tiempos de la Colonia. Algunos de estos dulces tienen su origen árabe, los cuales fueron asimilados por lo españoles, trayéndolo al Perú y mezclándose por último, con los productos nativos de nuestro país, de esta manera evolucionando y convirtiéndose en propios de nuestra tierra.
Es así que uno de estos dulces muy populares y oriundo de Perú es el llamado Arroz con Leche, que como su nombre lo dice, está hecho a base de arroz, el cual es uno de los ingredientes más utilizados en la gastronomía peruana, por lo que se puede apreciar en muchos platos de fondo. Y aunque este postre se consume en varios países hispanos, el Perú tiene algunas características propias que se destaca en su sabor y textura y que lo diferencia del resto de países.
Como prueba de que el arroz con leche es parte de nuestra historia, el escritor Ricardo Palma lo llega a mencionar en sus famosas “Tradiciones Peruanas” en una parte que refiere la visita de un fraile libertino a su amigo moribundo y que dice: “¡Qué diablos, hombre! Vengo por ti para llevarte a la parranda, donde hay mujeres de arroz con leche y canela”.
Se trata entonces, de un postre típico y de un cocimiento lento del arroz en leche con azúcar, el cual se puede servir frío o caliente, previamente echándoles canela, vainilla o cáscara de limón para aromatizarlo.
La magnificencia del King Kong –un alfajor elaborado a base de galletas hechas de harina, yema de huevos, margarina y leche, con relleno de manjar blanco, dulce de maní o de piña– le merecieron el título de “Patrimonio de la Región de Lambayeque”. Es un dulce característico de la gastronomía peruana que se vende alrededor del mundo.
Detrás de la creación del alfajor conocido como King Kong están las ingeniosas manos de una mujer, cuyo nombre es Victoria Mejía de García, una residente de la calle San Roque de Lambayeque. En 1920, junto con un grupo de amigas, tuvo la iniciativa de crear este dulce y venderlo en la región. No obstante, a este no se le conocía todavía con el nombre por el que hoy es famoso.
¿Por qué se llamó “King Kong”? Este postre debe su nombre al ingenio popular. Transcurría el año 1933, época en la que se estrenó en la pantalla grande la película King Kong.
Los lugareños, al ver el aspecto del alfajor con forma rectangular, decidieron llamarle “King Kong” debido a su enorme tamaño que, para ellos, era tan impresionante como el del gorila gigante. En ese momento, el aspecto de este dulce fue algo que rompió los esquemas en cuanto a lo que habitualmente se concebía en dulces.
Fue en el año 1943 cuando la empresa de la familia García Mejía, denominada San Roque, decide patentar la receta original del dulce bajo el nombre “King Kong de manjar blanco”, también conocido como “King Kong San Roque”. Y así se dieron las circunstancias del éxito de uno de los dulces peruanos más consumidos alrededor del mundo.
En Lambayeque que anualmente se lleva a cabo la Feria Tradicional del King Kong. Esta actividad se realiza la última semana del mes de julio y en ella se elabora una muestra de este producto típico, cuyo peso ronda la tonelada.
Asimismo, el King Kong es un producto con calidad de exportación. Su sabor y originalidad son apreciados en numerosos países alrededor del mundo. Aquellos que lo han probado no pueden compararlo con ningún otro dulce o postre del Perú y del mundo.
Las tejas de Ica es un dulce típico del cálido departamento de Ica. No hay un solo visitante que antes de retornar a casa, deje de llevar las sabrosas tejas. En este post te contamos algo de su historia, y por supuesto cómo hacerlas con la receta tradicional.
Según cuenta la historia, los trabajadores de las antiguas haciendas de Ica fueron quienes dieron el nombre a este dulce. Se dice que el personal encargado de su preparación provenía de la Sierra. Ellos al darse cuenta de que el dulce se parecía a las tejas de sus techos después de caer la nieve, le colocaron ese nombre y se llegó a popularizar.
En realidad, su preparación reúne tres recetas de la época colonial. Entre ellas: frutas confitadas, manjar blanco y una cubierta con un baño de fondant. Que es una pasta laminada a base de azúcar, limón y agua.
Hay diversas variedades de tejas y eso depende de los ingredientes que tiene el relleno. Son muy famosos los que llevan relleno de pecanas, guindones, uvas borrachas con Pisco, nueces, higos, naranja, limón, entre otros.
Una de las variedades más conocidas es la llamada chocoteja. La misma que fue creada en los años 50, y se diferencia de otras por estar bañada en chocolate. Y es tan popular que se puede encontrar con mayor facilidad en cualquier lugar del Perú y no sólo en Ica. La presentación de la teja está envuelta en papel blanco con extremos cortados con flecos.
Por supuesto, hoy en día muchos emprendedores las hacen para negocio, y les colocan sus propios envoltorios con impresos alusivos a sus emprendimientos.
Las ponderaciones son un postre típico de Perú, muy antiguo, este postre peruano data de la época del virreinato. Tuvo su origen como muchos otros postres y dulces típicos de nuestro país en los conventos que durante la colonia llegaron a Lima y a las principales ciudades de nuestro país. Fueron los españoles quienes introdujeron el azúcar y la leche al Perú, que se utilizaron principalmente para la elaboración de dulces y postres tradicionales como el arroz con leche o el suspiro a la limeña.
Ese postre crujiente y delicioso, que consiste en una pasta ligera frita, hecha a base de harina y huevo. Se sirve con manjar blanco de olla y se cubre con azúcar en polvo. Para lograr su forma, se utiliza un molde de forma espiral resistente a altas temperaturas ya que debe sumergirse en el aceite hirviendo. Y se sirve con una salsa de manjar blanco y espolvoreada con azúcar glas. Pero en la actualidad es servido con helados, cremas, salsas, frutos rojos, etc.
Son varios los postres que tienen una preparación similar en España, como las Flores de Carnaval o Semana Santa que llevan forma de flor por el molde de hierro con el que se fríe el postre. Estos postres pertenecen a la familia de las ¨frutas de sartén¨ al igual que las hojas de limón o de naranjera y las orejas de Carnaval, deliciosas masas crujientes y fritas aromatizadas con los cítricos que llegan con la primavera. Una técnica que se emplea en la repostería española desde la Edad Media.
Un postre típico de Sullana, en la región de Piura y similar al turrón es el llamado Chumbeque. El dulce piurano que se caracteriza por ser muy energizante, altamente nutritivo y de rico sabor.
Este dulce que es vendido tanto por ambulantes como en quioscos, bodegas y panaderías en esta parte del Perú, está hecho a base de ingredientes muy sencillos. Es el caso de harina, yema de huevos, sal, canela, ajonjolí, miel de higo o de naranja, azúcar y manteca vegetal, todo esto le da el característico color amarillo anaranjado.
Asimismo, puede encontrar chumbeques con sabor a frutas como guayaba, mango, limón, así como también a manjar o a chocolate. Y algo muy importante que lo diferencia de otros dulces es que se puede mantener en el tiempo, sin que pierda su sabor y consistencia.
Nota: En Chile, el chumbeque es un dulce tradicionalmente consumido en las regiones del Norte Grande, esto es, Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. Actualmente el dulce está patentado a nombre de Arturo Mejía Koo, nieto de un matrimonio cantonés que por primera vez elaboró este afamado dulce se adjudican su creación.
El nombre de este popular dulce peruano proviene del quechua «chapusca», que significa mezcla y de «chapuy» refiriéndose a batir, básicamente consiste en eso, mezclar varias frutas para dar como resultado un delicioso postre.
El champús es un postre de consistencia semi líquida que se vende en las calles limeñas desde hace muchos años. Su receta ha sido transmitida de generación en generación y es un perfecto acompañante de cualquier comida peruana en fiestas patrias. Este postre es muy popular en Perú, así como en Ecuador y Colombia. Está hecho a base de miel de chancaca, harina de maíz, frutas como la naranjilla, piña, menbrillo o guanábana y condimentada con clavos de olor y canela.
Solemos asociar las menestras con un sabor poco atractivo, lo que las convierte en nuestras peores enemigas a la hora de comer. Sin embargo, el frejol colado es tan delicioso y nutritivo. Este dulce tradicional, típico de la región costera y herencia de nuestros antepasados desde la época colonial, se inspiró en el manjar blanco europeo. Sin embargo, utilizaron como ingrediente principal el frejol canario o frejol negro.
Se atribuye el origen de este dulce a las provincias de Cañete y, sobre todo, a Chincha, donde no solo se cultivaba el frejol canario sino que también se asentaron comunidades afroperuanas, quienes se convirtieron en los principales preparadores del frejol colado. El termino «colado» se refiere a la forma en que se preparaba el dulce. Después de cocinar el frejol, lo «colaban» a través de un mantel para obtener una pasta de frejol que luego se convertía en un postre.
El frejol colado se prepara especialmente los jueves y viernes de Semana Santa y vísperas de Navidad. Los ingredientes principales son: frijol negro, azúcar rubio y por último, leche evaporada. Dependiendo de la zona los ingredientes pueden variar, ya que en diferentes partes le añaden vino tinto, clavo de olor y nuez moscada. Asimismo, se remplaza el frijol negro por el canario o rojo.
Un típico dulce de la gastronomía limeña es el ranfañote, que consta solo de trozos de pan bañados en una miel de chancaca y puede ser acompañado de nueces, coco y pecanas. Este dulce, el más antiguo de Lima, no es muy conocido por los peruanos, pero fue uno de los más aclamados en su época. Actualmente se puede apreciar en las ferias tradicionales y artesanales.
En nuestro país y en todo el continente, en la época incaica, no se conocía los sabores dulces y menos los postres. Su alimentación se limitaba sólo en cereales, frutas y algarrobo. Mientras que en Europa, los cocineros de la realeza, los monasterios y las familias importantes tenían el postre sobre sus mesas. Es así que los españoles trajeron la caña de azúcar al Perú, durante la época de la conquista e introdujeron los postres en la gastronomía de nuestro país.
Comenzaron con las plantaciones de caña de azúcar, siendo el primer lugar de cultivo en Huánuco. Más tarde comenzó la afición por el dulce que se incorporaba en las comidas y fue el ranfañote que origina esta costumbre al remojar el pan en miel de caña. Después se crea diversos postres con recetas españolas y la creatividad del cocinero.
Otra historia existe en torno al origen del ranfañote. Se dice que fue creado por esclavos negros, al obtener de las sobras de las comidas de sus amos y agregar a estos la miel de caña, naciendo de esta manera, el ranfañote.
El origen de la bola de oro, como casi todos los postres peruanos, se remonta a la época de la colonia y nace al parecer en los conventos donde las monjas pasaban mucho tiempo elaborando deliciosos dulces y tortas. Apareció en el siglo xvii. Antiguamente se consumía en celebraciones como bautizos, primera comunión, etc.
De acuerdo con el libro de recetas, por la ruta de los postres del Perú de Elizabeth Du Bois Curcio, esta delicia fue la especialidad de las monjas, quieres solían preparar y comercializar este postre especialmente para los matrimonios de la élite limeña.
La bola de oro es un postre tradicional de la gastronomía peruana, concretamente de la cocina de la capital peruana. Consiste en capas de bizcochuelo intercaladas con mermelada de albaricoque, manjar blanco y nueces picadas. Una ve alcanzada cierta altura, se recorta en forma de cúpula y se cubre con maná, una pasta elaborada a base de yemas. Se decora con figuras de frutas hechas con maná.
Las humitas son preparadas en gran parte de América, las cuales tuvieron comienzo en las zonas andinas. En el Perú es uno de los platos tradicionales que se acompaña en el desayuno, almuerzo e incluso la cena. Sin duda un potaje que nos llena de goce con las historias.
La palabra humita proviene del quechia humint’a, que significa pan de maíz, el cual se puede preparar en olla, microondas, al vapor y en horno. El primer registro de su preparación se da en el siglo xvii, por el escritor e historiador Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales, donde menciona el consumo de la humita mientras vivía en el Perú.
En el año 1860, tenemos al escritor Ricardo Palma, con sus Tradiciones Peruanas, donde nos recuerda a la antigua Lima y menciona: «A las 2 de la tarde picaroneros y huminteros atronaban las calles», también refiere que la humita «es una especie de tamal o bollo hecho a base de maís». Otro representante peruano, el literato Juan de Arona en 1884, en su Diccionario de peruanismo refiere lo siguiente: «El general Pezuela dice en Madrid a una de nuestras compatriotas: Cuando esté usted en Lima y coma humintas, acuérdese de mí».
En la actualidad se fueron agregando insumos a la preparación tales como leche, huevo, anís y mantequilla, esto con la finalidad de llegar a una consistencia espesa y tener la masa suelta ya que muchas personas lo suelen hacer en licuadora al no contar con un molino.
En Perú, recetas del siglo xvii preparan la humita con maíz molido e ingredientes propios, y la envuelven en pancas de maíz antes de ser cocinadas. La pasta es elaborada a base de granos de maíz fresco molidos, a la que se añade queso, pasas, carne o especias como sal, azúcar, o alguna clase de hierbas; esta masa luego es envuelta en panca y puesta a cocción en una olla con agua. Según los ingredientes adicionados, las humitas pueden ser dulces o saladas.
Este alimento suele ser preparado en forma independiente (en ollas, en hornos, al vapor, en microondas) o puede ser incluida entre los alimentos que se incluyen en la pachamama y la huatia. Hay una variante que se prepara de choclo molido, cuya masa se envuelve en pancas; puede llevar azúcar de preferencia o bien sal; luego, se sancocha lentamente.
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